Evidencias de un cuerpo
Sevilla, 2023
Atiborrados de imágenes que procesamos como parte de nuestro paisaje, hoy nuestro territorio visual es principalmente una pantalla. La imagen nos ha permitido acumular una serie de visualidades del mundo, de la guerra, del horror, de los hitos colectivos. Se nos acerca como evidencia y acceso al conocimiento, cuando paradójicamente termina anestesiando nuestra capacidad de humanizar a aquellos cuerpos que vemos sufrir en una pantalla.
La imagen reincide y construye imaginarios sobre personas que históricamente han sido representadas desde el sufrimiento, desde aquellas otredades inferiorizadas que se gestan a partir de la mirada eurocentrista y colonial.
Hay un cuerpo presente y ajeno, es una réplica del mío y al mismo tiempo no me pertenece. La imagen de mi imagen recibe violencia, pantalla de control de un mundo que olvida lo que es ser un cuerpo. Estos fragmentos convertidos en territorios de posesión, exotización, extracción y deshumanización.