La imagen, como prueba más irrefutable de la existencia tangible de lo que registra, es incendiada. Quizás estos escenarios, lejos de reafirmar, ponen en duda la existencia del personaje que retrata, mientras se esfuerzan por negar su desaparición absoluta trayéndolos al mundo físico a la fuerza.

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Con este proyecto busco representar mi búsqueda de la masculinidad. Partiendo desde la construcción a partir de una figura paterna: como una falsa evidencia de una presencia ausente, un espectro que observa con omnipresencia.

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Al buscar esta imagen, se proyecta inevitablemente en los cuerpos cercanos, parejas, figuras, imaginarios y vínculos, para finamente entender que todo el proyecto es un autorretrato. El hombre invisible siempre fue mi propia masculinidad.